DESCRIPCIÓN DEL PROCESO
El sulfuro de hidrógeno, que se forma en las redes de alcantarillado en ausencia de oxígeno (aire), provoca fuertes olores. La razón de esto es un proceso de descomposición en las aguas residuales recogidas. Mientras haya atmósfera que proporcione oxígeno para la oxidación, no se forma sulfuro de hidrógeno. Cuando se agota el oxígeno, se establecen condiciones anaeróbicas que crean el ambiente perfecto para la formación de H2S, sulfuros orgánicos y mercaptanos. El sulfuro de hidrógeno es venenoso y tiene un fuerte efecto corrosivo. Las medidas estándar contra la formación de sulfuro de hidrógeno son la inyección de aire comprimido, los enjuagues con aire comprimido, la adición de productos químicos adecuados y la desodorización. Estas medidas suelen ser costosas o solo resuelven el problema de forma parcial.
APLICACIÓN DEL GAS
En lugar de aire comprimido, se inyecta oxígeno puro en la tubería de aguas residuales mediante el proceso Oxyduct. Dado que el oxígeno puro, a diferencia del aire, no se diluye con nitrógeno, la cantidad de gas disuelto es considerablemente mayor. De este modo, Oxyduct garantiza un depósito de oxígeno adecuado en la tubería presurizada, suprimiendo los procesos de digestión anaeróbica. Además, la introducción de oxígeno evita la formación de sulfuros orgánicos y mercaptanos. Como resultado, el oxígeno es más eficaz que las sales de hierro, pero no provoca depósitos indeseados en la tubería ni en los dispositivos de regulación. Además, el oxígeno puro es superior al peróxido de hidrógeno o al nitrato debido a sus menores costes y mayor eficiencia.
SOLUCIÓN DE MESSER
El proceso Oxyduct, que se aplica en la práctica desde hace muchos años, facilita y abarata la prevención de la formación de sulfuro de hidrógeno y la corrosión en las redes de alcantarillado.

