Los gases, como el dióxido de carbono (CO2) y el oxígeno (O2), desempeñan un papel crucial en la optimización de invernaderos y piscifactorías. En los invernaderos, el enriquecimiento con CO₂ mejora la fotosíntesis, promoviendo un crecimiento más rápido y saludable de las plantas. En las piscifactorías, la regulación del oxígeno disuelto en el agua es esencial para mantener la salud y el bienestar de los peces, garantizando una producción sostenible y eficiente.



